Arte, Tecnología, Sociedad
Ars Electronica o la medición del nuevo mundo
La revolución digital lo ha puesto todo patas arriba. Ha hecho surgir nuevas tecnologías y ha establecido nuevos modelos de negocio. Airbnb consigue más pernoctaciones que las cinco mayores cadenas hoteleras del mundo juntas; sin embargo, no explota ni un solo hotel. Uber es la mayor empresa de servicios de conducción del mundo, posee sin embargo ni un solo taxi. Alphabet obtiene hasta diez veces más dinero por publicidad que la mayor empresa de medios de comunicación tradicionales del mundo sin producir contenidos por sí misma ni siquiera sentirse responsable de los contenidos. Pero, ¿eso es todo? ¿Nos basta con que unas pocas corporaciones se hayan hecho inconmensurablemente ricas?
Junto con miles de artistas, científicos, tecnólogos, desarrolladores, activistas y empresarios de todo el mundo, Ars Electronica trabaja para lograr una "Tecnología centrada en el ser humano" y un "Humanismo digital". Esta red mundial de universidades, laboratorios, autoridades locales, gobiernos, la Comisión Europea, empresas y ONG está haciendo todo lo posible para que la innovación tecnológica sea un catalizador de la innovación social.
Pero, ¿cómo lograrlo? Actuando entre las sillas y formando un esfuerzo común a partir de las preocupaciones individuales. Desde 1979, Ars Electronica ha sido escenario, foro, laboratorio, atelier, taller y escuela, todo en uno, tendiendo constantemente puentes entre disciplinas, industrias y "mundos" que de otro modo permanecerían separados. Esta búsqueda incansable y la forja de nuevas alianzas están impulsadas por la convicción de que la tecnología es un logro cultural y que, por tanto, la cultura da forma al desarrollo tecnológico. De ello se deduce, a su vez, que una plataforma como Ars Electronica debe operar siempre en y con un público amplio y no en algunas torres de marfil.
Cualquiera puede echar un vistazo por sí mismo: En el Centro Ars Electronica de Linz (Austria), dirigido a jóvenes y mayores, expertos y profanos, los visitantes pueden explorar cómo tecnologías como la inteligencia artificial están cambiando nuestras vidas y cómo podemos influir en ellas.
El festival anual Ars Electronica, considerado el mayor y más importante acontecimiento europeo de visiones entre arte, tecnología y sociedad, pone en conversación a quienes dan forma al futuro con quienes vivirán y trabajarán en ese futuro. Siempre asisten también artistas cuyas destacadas obras han sido galardonadas en el Prix Ars Electronica, el certamen de ciberarte más tradicional del mundo, así como investigadores del Ars Electronica Futurelab, el laboratorio de ideas y motor de innovación de Ars Electronica, que presentan sus prototipos de escenarios futuros para someterlos a debate. Un punto neurálgico de esta feria de ideas de futuro no es menos el Campus Ars Electronica, que cada año se convierte en escaparate de logros y foro de debate para más de 50 universidades de todo el mundo.
El futuro se está forjando en todas partes. Por ello, desde 2004, Ars Electronica no sólo desarrolla su actividad en Linz (Austria), sino que diseña exposiciones, laboratorios abiertos, talleres y conferencias para y junto a museos, universidades y empresas de todo el mundo. Un lugar central y durante todo el año para estas actividades internacionales es Japón, el país tecnológico número uno.
"Ni la más pequeña pieza de tecnología de nuestro planeta ha caído del cielo, sino que ha sido concebida, construida e implementada aquí por nosotros, los humanos", afirma Gerfried Stocker, Director Artístico de Ars Electronica. "Precisamente por eso, sólo a nosotros nos corresponde decidir qué queremos hacer con nuestras siempre nuevas tecnologías. Y para poder responder a esta pregunta una y otra vez, en Ars Electronica impulsamos una investigación artística que se centre en nosotros, los humanos, nuestras necesidades, nuestros deseos y nuestros sentimientos, y que busque el diálogo con un público lo más amplio posible."
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Ars Electronica: https://ars.electronica.art/news/en